martes, 8 de febrero de 2011

Hoy no te pido nada

Hoy no te pido nada
Jinete de los vientos,
me has dado tanto, tanto
que contarlo no puedo.

Sin que te lo pidiera
llenaste el firmamento
de estrellas y planetas
para yo verte en ellos.

Ya me diste los árboles,
las flores, el pan nuestro,
y las sabias abejas,
y el canto del jilguero.

Ya me diste la lluvia,
y la noche y el sueño,
más la fe para hallarte
en el vasto universo.

Me has dado las respuestas
de antemano, y por eso
hoy no te pido nada,
mañana, ya veremos.

Rodolfo Loyola

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Fides
No te resignes antes de perder
Definitiva, irrevocablemente,
La batalla que libras. Lucha erguido
Y sin contar las enemigas huestes,

¡Mientras veas resquicios de esperanza,
no te rindas! La suerte
gusta de acumular los imposibles
para vencerlos en conjunto, siempre,
con el fatal y misterioso golpe
de su maza de Hércules.

¿Sabes tú si el instante
en que, ya fatigado, desesperes,
es justo aquel que a la definitiva
realización de tu ideal precede?

Quien alienta una fe tenaz, el hado
Más torvo compromete
En su favor. El SINO a la fe sólo
es vulnerable y resistir no puede.

La fe otorga el divino privilegio
De la CASUALIDAD, a quien la tiene en grado heroico.
Cuando las tinieblas
Y los espectros y los trasgos lleguen
A inspirarte pavor, ¡cierra los ojos,

Embraza tu fe toda y arremete!
¡Verás cómo los monstruos más horribles
al embestirlos tú, se desvanecen!

Cuanto se opone a los designios puros
Del hombre, es irreal; tan solo tiene
La imaginaria vida
Que le dan nuestro miedo y nuestra fiebre.

Dios quiso en su bondad que los obstáculos
Para aguzar las armas nos sirviesen;
Quiso que el imposible
Estuviera no más para vencerle,
Como está la barrera en los hipódromos,
A fin de que la salten los corceles.

Búrlate, pues, de cuanto en el camino
Tu altivo impulso detener pretende.
¡No cedas ni a los hombres ni a los ángeles!
(con un ángel luchó Jacob, inerme,
por el espacio entero de una noche,
... y el ángel le bendijo, complaciéndose
en la suprema audacia del mancebo,
a quien llamó Israel, porque era FUERTE
CONTRA DIOS...)

¡Ama mucho: el que ama embota
hasta los aguijones de la muerte!
Que tu fe trace un círculo de fuego
Entre tu alma y los monstruos que la cerquen,
Y si es mucho el horror de los fantasmas
Que ves, ¡cierra los ojos, y arremete!
 
 3 de Marzo de 1915  Amado Nervo

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